Volver a la rutina escolar, trae aparejada una serie de cambios y readaptaciones, para niños y familias. Un aspecto fundamental para prestar atención, es la alimentación, ya que los niños y adolescentes tienen altos requerimientos de energía y nutrientes, debido al momento biológico y al permanente crecimiento que atraviesan.
Las viandas escolares son un pilar fundamental a la hora de promover hábitos saludables, pero pueden resultar una odisea, a la hora de preparar platos nutritivos y que a su vez, les gusten a los más chicos.
¿Cómo organizar un día saludable en época escolar?
En primer lugar, debemos recordar la importancia del desayuno. Muchos chicos salen de las casas sin desayunar, y eso repercute en el rendimiento escolar, en los niveles de atención y concentración, además que lleva a que los niños pasen buena parte de la mañana con hambre. Por eso, el desayuno es un hábito a conquistar y sostener a lo largo del tiempo, acostumbrándolos a levantarse antes, e incluyendo alimentos de diferentes grupos: lácteos, cereales, frutas. Algunos ejemplos: café con leche y pan con queso descremado; yogur con granola y frutos secos; té con leche, sándwich de queso y fruta de estación.
En cuanto a las viandas escolares, debemos tener en cuenta diferentes aspectos:
- Higiene: ésta debe estar presente, desde la preparación hasta el consumo. Promover, desde la práctica en casa, el lavado de manos con agua potable y jabón. Mantener la limpieza diaria de los recipientes en donde se envían los alimentos y de los cubiertos, con agua y detergente, y descartar los desechos.
- Planificación y anticipación: es recomendable la organización de un menú semanal, planificado y donde los chicos sean partícipes, teniendo en cuenta sus gustos y platos preferidos, pero también incluyendo alimentos de diferentes grupos: frutas, verduras, carnes o huevos, lácteos, cereales y legumbres, aceites, frutas secas. Evitar las preparaciones que no hayan probado en casa, ya que lo más probable es que no las coman. Los chicos deben ver en la vianda algo que les guste, y ahí agregar aquellos alimentos que son necesarios incorporar en su plan de alimentación. Preparar las comidas la noche anterior, y guardarlas en refrigerador hasta el momento de ser enviadas.
- Es conveniente, colocar las distintas preparaciones en recipientes pequeños. Por ejemplo, las ensaladas por un lado y las carnes por el otro. Los aderezos se envían en otro recipiente o en sobres, y serán abiertos en el momento de ser consumidos. Los alimentos deben estar frescos y no hay que volver a enviar los que hayan sobrado de la vianda del día anterior. Cuanto más atractiva sea la presentación de la vianda, mayor aceptación tendrá en los chicos.
- Algunas ideas saludables: tartas con diferentes rellenos (calabaza, zapallitos, acelga, choclo e incluir queso y huevo), milanesas de carne o pollo con puré de papa o calabaza; cuadraditos de polenta; fideos con salsa y verduras (zapallito, zanahoria, calabaza, cebolla, tomate); sándwich de pollo o atún con lechuga y tomate; wok de arroz y vegetales (zanahoria, arvejas, choclo); omelette de queso con ensalada de zanahoria y choclo; guiso de lentejas y verduras, etc. Evitar comidas con alto contenido de grasas (hamburguesas industrializadas, panchos, galletitas), sal (snacks, productos congelados rebozados) y azúcares (caramelos, chupetines, gaseosas y jugos artificiales). Para el postre, frutas frescas bien lavadas, o preparaciones que las incluyan (gelatinas con frutas, ensalada de frutas), e ir alternando con postrecitos de leche, flan, queso y dulce, etc.
- Como bebida, incluir agua mineral o corriente o jugos naturales, desalentando el consumo de bebidas.
Los hábitos saludables favorecen un crecimiento sano y previenen enfermedades crónicas para el futuro. Empecemos desde casa a contagiar y animar a una vida saludable a los más pequeños.
María Jimena Bazal
Lic. en Nutrición
M.N 7179