Esta defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano.Francisco
En el marco de la propuesta “Abramos la puerta al otro y caminemos juntos”, queremos transmitir las certezas y convicciones que nos mueven a opciones que valoran la vida, esto “supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo” (Francisco, Evangelii Gaudium 213).
Queremos acercarles algunas ideas, experiencias, expresiones que, en este tiempo en el que se debate la vida,[1] nos van animando a reafirmar que el derecho a la vida es fundamental, y que está por encima de la libertad.[2]
Hoy les compartimos un extracto de la intervención del P. Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires, que alcanza a sintetizar algunas de estas convicciones que adherimos y buscamos como Colegio católico:
“Cuando se niega el derecho más elemental, el derecho a vivir, todos los demás derechos quedan colgados de un hilo, porque cualquier opción por la dignidad humana necesita fundamentos que no caigan bajo discusión más allá de cualquier circunstancia. De otra manera esa opción se vuelve muy frágil. Porque si aparece alguna excusa para eliminar una vida inocente siempre aparecerán razones para excluir de este mundo a seres humanos que molestan, mandarán las circunstancias.
Cuando una mujer humilde de los barrios se va a hacer la primera ecografía no dice: “vengo a ver cómo está mi embrión”, sino que dice: “vengo a ver cómo está mi hijo”.
Podríamos preguntarnos: qué solidez puede tener entonces la defensa de una vida humana, si una ley puede definir en qué momento puede ser eliminado o no; en que se apoyaría la ley para decir que no es legítimo quitarle la vida a un ser humano cuando tiene más de tres meses, pero sí se lo puede matar cuando tienen unas horas menos.
Si una ley puede definir en qué momento una vida humana puede ser eliminada, entonces todo queda sometido a necesidades circunstanciales, a la conveniencia de los que tengan más poder o a las modas culturales del momento”.[3]
Esperamos poder seguir compartiendo con sencillez y claridad aquello que nos mueva a respetar, cuidar y defender la vida de toda persona.
Contamos con la intercesión de San José, que al defender la vida de Jesús nos enseña a defender y cuidar la vida.
Los saludamos cordial y fraternalmente,
Alejandra (Inicial), Fernando (Primaria), Estela (Secundaria),
P. Federico, Susana (Apoderada Legal)