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Defendamos toda vida

Queridas familias,

En la comunicación anterior nos propusimos llegar a cada uno para transmitirles nuestra convicción en relación al valor de la vida de cada persona desde su concepción.

Continuando con esta comunicación, compartimos reflexiones que nos parecen interesantes. Del debate que se desarrolla en el Congreso Nacional, resaltamos estos aportes:

  • ¡Ojalá podamos defender hasta tal punto los derechos humanos, que no se los neguemos a los más débiles y vulnerables! Vale toda vida.  Aún hay mucho por hacer para acompañar y ayudar a las mujeres que viven un embarazo inesperado, en malas condiciones (desnutrición, diabetes, otras dificultades obstétricas no controladas debidamente, situaciones de violencia,  etc.).  Muchas de estas realidades tienen que ver con la pobreza no resuelta.
  • Esperamos que este debate nos permita dirigir la mirada de manera amplia a diversas situaciones que no deberíamos separar: la defensa del niño por nacer, el respeto a la mujer y el cuidado de su vida, el inmenso valor de la familia y la vida amenazada de tantos argentinos que se debaten en la pobreza y la miseria.  Tanto la Iglesia como la sociedad no hemos hecho lo suficiente al respecto.  Tampoco hemos acompañado de la mejor manera a las mujeres que han abortado en medio de sufrimientos y límites, y padecen en soledad las consecuencias de esta decisión. Declaración de la 115° Asamblea Plenaria (Pilar, 16-20 de abril)

Y compartimos las palabras de nuestro Papa Francisco:

La defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo. Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención, las nuevas formas de esclavitud, y en toda forma de descarte. No podemos plantearnos un ideal de santidad que ignore la injusticia de este mundo, donde unos festejan, gastan alegremente y reducen su vida a las novedades del consumo, al mismo tiempo que otros solo miran desde afuera mientras su vida pasa y se acaba miserablemente.

Papa Francisco, Gaudete et Exsultate 101

Los saludamos cordialmente, decididos a seguir abriendo puertas para aprender a caminar juntos.

Alejandra (N. Inicial), Fernando (N. Primario), Estela (N. Secundario),
Susana (Apoderada Legal), P. Federico.

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