“Verdaderamente Dios nunca ha dejado de cambiar la historia y el rostro de nuestra ciudad, a través del pueblo, de los pequeños y de los pobres que la habitan”, dijo el Papa Francisco en la homilía de las vísperas en la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios celebradas en la Basílica de San Pedro en el último día del año, acompañadas por el tradicional canto del himno Te Deum.
Ciudad del Vaticano
El martes 31 de diciembre, el último día del año 2019, el Papa Francisco rezó las vísperas en la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios acompañadas del tradicional canto del himno “Te Deum”, en la Basílica de San Pedro a las cinco de la tarde, hora local de Roma.
Dios cambia la historia a través de los pequeños
En efecto -continuó argumentando Francisco- “cuando Dios quiere hacer nuevas todas las cosas por medio de su Hijo, no empieza desde el templo, sino desde el vientre de una pequeña y pobre mujer de su Pueblo. Esta elección de Dios es extraordinaria. No cambia la historia a través de los hombres y mujeres poderosos de las instituciones civiles y religiosas, sino de las mujeres de la periferia del imperio, como María, y de sus vientres estériles, como el de Isabel”.
Damos gracias a Dios por este año
Y ante la magnitud de semejante misión, el Santo Padre concluyó diciendo que no debemos tener miedo o sentirnos inadecuados para una tarea tan importante.
Papa Francisco