Cuando hablamos de alimentación saludable, la mayoría pensamos en “comer mejor”, “bajar de peso” o “mantenernos en un peso determinado”, aquel que es saludable, o que nos permite ponernos esa ropa que antes usábamos y ahora ya no nos entra. Pero para algunas personas, muchas de ellas niñas y adolescentes, esta búsqueda de llegar a un peso determinado se vuelve una obsesión y conlleva un trastorno, inclusive aunque estén por debajo del peso deseado para su talla y edad. Cuando esto sucede, estamos en presencia de un trastorno de la conducta alimentaria, por eso, estar informados nos permitirá detectar y ayudar a quién lo esté padeciendo.
¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria?
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son graves alteraciones en las conductas relacionadas con la alimentación y el control de peso y están asociados con una gran variedad de consecuencias psicológicas, físicas y sociales adversas. Incluyen la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón (una especie de compulsión por comer)
¿A quiénes afectan? Los TCA afectan tanto a los hombres como a las mujeres; sin embargo, afectan 2 ½ veces más a las mujeres y las niñas que a los hombres y los niños. Suelen aparecer durante la adolescencia o principios de la edad adulta, pero también pueden presentarse durante la infancia o en la adultez.
¿Cuáles son las características de la anorexia nerviosa?
Muchas personas con anorexia nerviosa piensan que pesan demasiado, incluso cuando están por debajo del peso normal, por ese motivo, la comida, el control de peso y comer se vuelven una obsesión. Suelen pesarse una y otra vez, medir la comida cuidadosamente, y comer cantidades muy pequeñas de solo ciertos alimentos específicos. Los síntomas principales son: peso extremadamente bajo, alimentación restringida, intentos constantes por adelgazar y no querer mantener un peso normal o saludable, miedo intenso a subir de peso, imagen corporal distorsionada y autoestima fuertemente influenciada por las percepciones del peso y la forma del cuerpo, negación de la gravedad de tener un peso muy bajo, ausencia de la menstruación en las niñas y las mujeres.
¿Cuáles son las características de la bulimia nerviosa?
Las personas con bulimia nerviosa tienen miedo de aumentar de peso y están muy disconformes con el tamaño y la forma de su cuerpo. Tienen episodios recurrentes y frecuentes de comer cantidades grandes de comida (atracones), frente a los que sienten una pérdida de control, y a los que les siguen comportamientos para compensar por el exceso de comida, como vómitos forzados, uso de laxantes o diuréticos, ayunos, ejercicio excesivo, o una combinación de éstos. Por lo general, estas conductas relacionadas suceden en secreto, ya que suelen ir acompañadas de sentimientos de asco o vergüenza. Los ciclos de atracones y purgas pueden ocurrir desde varias veces a la semana hasta varias veces al día. Suelen mantener lo que se considera un peso saludable o normal. Otros síntomas incluyen esmalte dental desgastado y mayor sensibilidad en los dientes, caries como resultado de la exposición al ácido del estómago, reflujo ácido y otros problemas gastrointestinales, malestar e irritación intestinal debido al uso inadecuado de laxantes, entre otros.
¿Cuáles son las características del trastorno por atracón?
Las personas con el trastorno por atracón pierden el control sobre su alimentación. A diferencia de la bulimia nerviosa, a los episodios de atracones no les siguen conductas como purgas, exceso de ejercicio o ayunos. Por esta razón, a menudo, tienen exceso de peso u obesidad.
En todos los casos, el tratamiento debe ser adaptado a las necesidades de cada persona y puede incluir: psicoterapia individual, de grupo o familiar, atención y controles médicos, asesoramiento nutricional, medicación. Algunos pacientes, requieren internación, para abordar las complicaciones producidas por la desnutrición o para asegurarse de que coman lo suficiente en los casos de un peso muy por debajo de lo normal.
La información y el acompañamiento, son pilares que sin duda, ayudan a prevenir y mejorar la salud y la calidad de vida de quienes se ven envueltos en estos trastornos.